miércoles, 16 de noviembre de 2011

Durmiendo con el enemigo



Joaquín Sabina y Javier Krahe cantaban una canción, hace años, que describía distintos círculos viciosos. En una estrofa decía que el jefe era jefe porque valía mucho y se sabía que valía mucho porque estaba de jefe; había un hombre que estaba triste porque tenía anemia, tenía anemia porque no comía y no comía porque estaba triste; un vecino que no trabajaba porque nadie le contrataba y ello porque estaba fichado, tenía ficha por haber estado preso, fue a la cárcel por haber robado y había robado porque no tenía trabajo; o un tipo al que nadie hablaba porque le tenían miedo, le temían porque llevaba pistola e iba armado porque no se fiaba de nadie, dado que nadie le hablaba...

Lo desesperante de la situación actual es, en mi opinión, el círculo vicioso en el que vivimos y que provoca una insoportable impotencia. Buen ejemplo es el de Grecia. Allí, el todopoderoso banco Goldman Sachs, ayudó al Gobierno a falsificar sus cuentas para poder entrar en la Unión Europea, mientras era vicepresidente uno de sus empleados, Mario Dragui, lo que provocó una deuda pública que ha puesto al país en la puerta de salida de la Unión. El único que podría solucionar el problema, comprando la deuda, es el Banco Central Europeo, y ¿quién está al frente? Ya se sabe: Mario Dragui quien, por supuesto, no tiene intención alguna de comprar la deuda. La solución que se ha encontrado es asfixiar económicamente al pueblo griego, que nada supo de todo esto, y poner a dedo en el Gobierno a otro tecnócrata salido de la misma escuela, Goldman Sachs, flanqueado por la ultraderecha, lo que da que pensar que, más que gobernar, le han puesto allí para asegurarse de que la gente como Dragui sigue ganando dinero jugando con la Banca en lugar de a las chapas en una celda. Algo similar ha sucedido en Italia, donde el político paradigma de todo lo deleznable que pueda tener un político ha puesto fácil al Mercado sustituirle (sí, también sin Elecciones y por tiempo indefinido) por uno de los suyos. En suma, los banqueros, MBAs y demás dirigentes corporativos (es decir, los causantes de la crisis económica) están quitándose de encima a los políticos que utilizaban como títeres para tomar directamente las riendas.

En fin, que estamos durmiendo con el enemigo: nos están "salvando" los que nos han hundido; nos hundieron por ganar más y, "salvándonos", siguen haciéndolo, mientras los demás nos hundimos más porque, al parecer, la única forma de "salvarnos" es hundiéndonos más nosotros y haciéndoles ganar más a ellos... Sin embargo, cualquiera sabe que los círculos viciosos son complejos pero salir de ellos es sumamente sencillo: sólo hay que romper el círculo. El jefe debe demostrar lo que sabe, el triste tiene que comer, al pobre hay que darle trabajo; al de la pistola, conversación... y a los más ricos, hacerles pagar.

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